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El problema del exceso de riego en el cultivo

El exceso de riego en el cultivo de marihuana es un problema bastante común en interiores, sobretodo cuando las plantas son más pequeñas. Regar mucho puede ahogar las raíces de las plantas y, con ello, se reduce el suministro de oxígeno en el ambiente.

Las señales que indican exceso de riego en el cultivo son:

  • Hojas amarillas y enrolladas hacia abajo
  • Tierra saturada y empapada de agua
  • Crecimiento de hongos
  • Desarrollo lento

Estos síntomas pueden presentarse de forma sutil, y los cultivadores inexpertos muchas veces no se dan cuenta y, cuando lo hacen, ya es demasiado tarde.

Por ello, si observas síntomas de exceso de riego, lo mejor es contar con un medidor de humedad. En nuestra tienda online puedes adquirir un termohigrómetro digital, que mide la temperatura y la humedad. Con este medidor, tanto tu cultivo como tú estaréis mucho más tranquilos. En este enlace puedes ampliar la información acerca de la humedad en el cuarto de cultivo.

exceso de riego

Como evitar el exceso de riego en el cultivo

Cuando se riega, se debe hacer uniformemente. De esta manera, evitaremos regar en exceso parte del sustrato y que la otra parte permanezca seca. Además, podemos remover un poco la superficie de la tierra para que el agua penetre sin problemas.

Como hemos comentado, usar un medidor de humedad en el cuarto de cultivo es fundamental. Así, con este aparato, mantendremos la humedad adecuada en cada momento.

Nuestras plantas necesitan transpirar su agua al aire. Si este aire está húmedo y estancado, los litros de agua acaban encerrados en el aire del cuarto de cultivo.

Una de las principales causas del exceso de riego en el cultivo es la falta de ventilación.

Por otra parte, si usamos bandejas para recoger el agua que sobra de las plantas, es importante que empleemos una esponja para retirar esta agua y evitar encharcamientos.

A la marihuana no le gusta el suelo empapado. Una tierra que se mantiene muy húmeda, puede ahogar las raíces, ya que no deja sitio para el oxígeno. Todo esto provoca que nuestro cultivo se desarrolle más lentamente y que podamos sufrir un ataque de bacterias.

A veces, la causa de que la tierra se mantenga mojada es un drenaje pobre acompañado de una mala ventilación y una humedad elevada.

Actuar antes de lamentar.

¡Buenos humos!

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