Las semillas feminizadas son un tipo de semillas que han sido
modificadas genéticamente para conseguir que contengan ambos cromosomas X, prescindiendo, de esta manera, de los cromosomas Y. De esta forma, con un 99.9% de probabilidades, estas semillas
darán lugar a una planta feminizada.Las plantas de marihuana hembras o femeninas garantizan la
producción de cogollos ricos en resina, en comparación con las plantas macho que son las que producen el polen necesario para la producción de semillas. Las
diferentes variedades de semillas feminizadas se distinguen por su procedencia genética, efecto, sabores y aromas, además de la rapidez de floración y contenido de cannabinoides, entre muchos otros factores.
Características de las semillas feminizadas
La plantación de semillas feminizadas dará lugar a producir una
cosecha mayor de cogollos con buena dosis de resina. La cantidad de cogollos provenientes de plantas hembras y el
tamaño de los mismos también es mayor, lo que, sumado a las buenas dosis de resina, proporcionará unos
buenos resultados. Además, las semillas feminizadas son
plantas fotoperiódicas, lo que significa que
florecen dependiendo de las horas de luz y oscuridad del día. Otra característica importante a tener en cuenta es que las semillas feminizadas son la que producen que
las plantas sean más frondosas y densas si las comparamos con otros tipos de semillas como, por ejemplo, las autoflorecientes.
Ventajas de las semillas feminizadas
Una de las ventajas principales de las semillas feminizadas es que su cultivo se convierte en una experiencia bastante sencilla ya que
no es necesario llevar a cabo el proceso de identificación y retirada de las plantas macho que se debe hacer al inicio de la floración y que suele ser una tarea complicada. El no tener plantas macho que puedan polinizar nuestro cultivo, es un motivo importante para decantarse por elegir este tipo de semillas feminizadas. De esta manera, aumentaremos
los niveles de resina y maximizaremos la producción de cogollos y su sabor. El cultivo de semillas feminizadas es un tipo de
cultivo rápido, que no presenta demasiadas complicaciones y que, además, permite el logro de plantas de gran calidad. Gracias a este tipo de semillas, la
productividad del espacio de cultivo está mejor aprovechada, ya sea en interior o en exterior y se consigue una mayor uniformidad del producto a gran escala. Además, las semillas feminizadas aseguran, casi al 100%, que no crezcan plantas hemafroditas. Otra gran ventaja es que las semillas feminizadas nos aseguran la no aparición de machos, que luego tendríamos que desechar. Por lo que podemos
germinar únicamente las semillas que queramos utilizar. De esta forma, podremos ahorrar tiempo, trabajo y recursos. Por último, cabe destacar que este tipo de semillas permite el
cultivo intensivo y facilita el proceso de
aprovechamiento de los esquejes para su plantación de manera más rápida, consiguiendo, de esta forma, la clonación de la planta.
Cómo cultivar semillas feminizadas
Ahora que ya conoces qué son las semillas feminizadas, sus características y principales ventajas, queremos resolverte todas las dudas que te pueden surgir sobre su cultivo y cuidado. Desde
Cogolandia sabemos que la elección del tipo de semillas no es lo único importante sino también su
cuidado y seguimiento para que las plantas crezcan de manera correcta. Para ello, hay que seguir algunos pasos y recomendaciones, dependiendo del tipo de semillas, para que todo salga bien. En el caso de las semillas feminizadas, el
nivel de humedad óptimo que necesitan dependerá, sobre todo, de la etapa en la que se encuentre a lo largo de su ciclo de crecimiento o vida. Por lo general, el rango de humedad tendría que estar entre el 40 y el 60% aunque debemos controlar la humedad para que
no sea demasiado elevada y evitar, así, la aparición de moho, sobre todo en su etapa de floración. Las
temperaturas deben ser siempre
moderadas, en torno a los 22ºC 24ºC. Lo importante será
evitar las temperaturas extremas ya que podrían provocar un crecimiento lento, entre otros problemas. En cuanto a los
fertilizantes, será fundamental que contengan los 3 nutrientes más importantes (nitrógeno, fósforo y potasio), además de algunos otros como pueden ser el calcio, hierro, cobre o magnesio entre otros. A la hora de utilizar dichos fertilizantes, es importante
administrarlos siguiendo las dosis recomendadas. La
elección del suelo en el que cultivar tus semillas también es importante. Las semillas feminizadas crecerán mejor en suelos ricos en nutrientes, bien aireados y con un buen drenaje para que puedan absorber todas las propiedades necesarias. Si te preocupa el
tiempo de cultivo, debes saber que depende mucho de la variedad que quieras utilizar. Algunas cepas, como puede ser la índica, crecen de manera muy rápida, con unos períodos de floración cortos de 6-7 semanas, mientras que otras variedades como pueden ser las sativas tienen un periodo de floración más largo. Además, existen algunos tipos como las semillas autoflorecientes feminizadas o de floración rápida que suelen estar listas pasados unos 60 días desde su germinación.